Primero se debe poner agua a hervir, mientras cortar las cedras de los cepillos (si es posible arrancarlas mejor). Cuando hierva el agua sumergimos al cepillo de dientes con el objetivo de que este se ponga blando, lo que demora unos cinco minutos aproximadamente. Luego se saca con cuidado el cepillo del agua y sobre un trapo de cocina se deja enfriar, al tiempo, cuando ya no queme más pero todavía este caliente y con ayuda del repasador, le damos la forma que queramos, en el caso de las pulseras lo podemos enrollar sobre una botella o cualquier cilindro que tenga el diámetro que necesitamos. Luego nuestro cepillo-pulsera será depositado nuevamente en agua, pero esta vez fría para que se endurezca y quede con su nueva forma.